martes, 10 de junio de 2014

Mi Bella Dama [Capítulo 13]




Justo en ese momento, llega Gonzalo, quien también estaba pasando por el almacén casualmente. Más tarde, se ven a Isabela y Luciano agradeciéndole al abogado, por haber arreglado todo, pues Isabela golpeó con tanta fuerza al joven amigo del pasado, que le rompió la nariz y él iba a poner cargos, sin embargo Gonzalo lo convenció de lo contrario ya que eran amigos del pasado, en la infancia. Más tarde, se ve a Isabela estar en una cafetería, hablando con Gonzalo y agradeciéndole personalmente, los dos se sonríen mutuamente.



En la mansión San Miguel, don Humberto está platicando con su hijo Carlos. Los dos siempre han tenido una relación muy distanciada, más bien laboral. Ambos están tomando café, sentados en los sofás de la sala. Carlos trata de convencer a don Humberto que es mejor que Isabela no vaya a ser la sucesora de la empresa San Miguel, pues Carlos siempre ha querido quedarse con ese cargo, lleno de ambición.



Por otro lado, Isabela y Gonzalo están en un bus. La bella dama le comentó a Luciano que regresara solo a la mansión. Gonzalo está recostado en el hombro de Isabela, pues terminó por dormirse. Más tarde se llega la noche, Luciano en la entrada de la mansión, ve como Gonzalo trae a Isabela. Él se pone un tanto preocupado, pues piensa que si los dos llegan a una relación, Luciano no podrá seguirla conquistando.



Al día siguiente, Isabela está caminando por el corredor de la empresa San Miguel. Detrás de ella está Luciano. Isabela se desagrada al cruzarse con su desagradable prima Adela, quien está acompañada de Flor. Las dos se echan indirectas, como le son de costumbre.



Por otro lado, en la mansión san Miguel, Pepita, la madre de Flor, vino a traer ramos de flores a la mansión. Ella es encargada de ello. Pepita se encuentra con una amiga del pasado, Cecilia, la madre de Adela y Felipe, esposa de Carlos.



En ese mismo día, Isabela recibe una llamada de Gonzalo, estando Luciano presente. Él le propone si quiere asistir a una noche de reunión que hace parte del trabajo de Gonzalo, pues se pueden invitar a varias personas y Gonzalo pensó en Isabela. Ésta acepta, siguiendo el consejo de Luciano, quien la está ayudando a que Gonzalo tenga una relación con ella. Todo es excusa de Luciano, para cuando le esté dando consejos de amor, en realidad se vaya acercando a ella.



Es así como Isabela sí asiste junto con Luciano. Éste se va a una biblioteca cercana a que pasen las horas, mientras Isabela está en la reunión de relajación en la que también estará presente Gonzalo. Éste e Isabela van platicando, sonriendo y riendo, contándose cosas. Así va pasando el tiempo, incluso Gonzalo sube a la pequeña tarima que tiene el salón, cantando. Isabela se ríe de él. Unos momentos más tarde, Isabela y Luciano se están despidiendo de Gonzalo. Luciano lleva a Isabela a la mansión, la muchacha se encuentra un tanto ebria. Luciano aprovecha la ocasión, y besa atrevidamente a Isabela, quien abre los ojos de la sorpresa.

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