martes, 26 de agosto de 2014

Mi Bella Dama [Capítulo 25]

De repente llega Luciano, encolándose entre los periodistas y cubriendo a Isabela:




Luciano: Lo siento mucho... (Isabela lo mira sorprendida) Ahora nuestra señorita se encuentra indispuesta para responderles (a Isabela) Señorita, salgamos de aquí.

Luciano toma a Isabela de la mano y la saca entre los periodistas. Ambos caminan pero al ver que los reporteros los están persiguiendo, salen corriendo rápidamente. Los dos se dirigían a un ascensor, cuando estaban llegando, Gonzalo logró verlos, pero Isabela y Luciano no, llegando así finalmente a un ascensor y cuando se suben, Isabela suelta las manos de Luciano

Luciano: ¿Está bien, señorita?

Isabela (cansada): Luciano Castaño, Tú... ¿Por qué estás aquí?

Luciano no responde. Gonzalo, se acerca a la puerta del ascensor y ve que Isabela y Luciano están subiendo al piso más alto. Inmediatamente, Gonzalo se va a buscar al director Alfonso y a Lupe, cuando llega, ve aún a una gran cantidad de reporteros cerca del director Alfonso y Lupe. Gonzalo se les acerca:





D. Alfonso: ¡Abogado Martínez!

Gonzalo (preocupado): ¿Cómo está el señor Humberto?

D. Alfonso: Él estará bien. Por favor, no se preocupe demasiado.

Gonzalo: Qué bueno escuchar eso. ¿E Isabela?

D. Alfonso: Se fue a causa de los reporteros.

Gonzalo: Acabo de verla subir al ascensor con el Mayordomo Castaño.

Dr. Alfonso: ¿Mayordomo Castaño?.

Lupe: ¿Qué? ¿El Mayordomo Castaño está aquí?

En el último piso del hospital, más bien, en la terraza, Luciano habla por celular con un doctor. Detrás de él, está Isabela.




Luciano: (por celular) Sí, lo entiendo. Me reuniré con usted más tarde (cuelga)

Isabela (preocupada): ¿Qué te dijeron? ¿Cómo está el abuelo? ¿Dijeron que él estaba bien?

Luciano: Dicen que aún no ha despertado.

Isabela: ¿Qué es lo que dicen los médicos? ¡Tenemos horas de estar en el hospital!

Luciano: Lo moverán a una habitación del hospital tan pronto como recupere la consciencia. Así que si puede esperar hasta entonces...

Isabela: No, no es suficiente (trata de irse pero Luciano la detiene)

Luciano: ¡Señorita! ¿A dónde cree que va?

Isabela: ¡Quiero ir con mi abuelo! ¡Quiero estar con él!

Luciano: Los periodistas todavía no se han ido. Dicen que espere un rato antes de bajar.

Isabela: No me importa, no importa. Quiero ir ahora (trata de irse de nuevo pero Luciano la detiene)

Luciano: ¡Señorita! El Presidente va a estar bien. Todo estará bien, así que por favor espere aquí. ¿Está bien?

Isabela (nerviosa): Estoy nerviosa. Estoy tan nerviosa que me estoy volviendo loca (desesperada y triste) ¡¿Y si le sucede algo a mi abuelo?!

Luciano: No tiene que estar nerviosa. Traeré al Abogado Gonzalo Martínez aquí (la lleva a una banca) Por aquí. Por favor, siéntese y descanse aquí (Isabela se sienta) ¿Desea algo de tomar?

Isabela: No.

Luciano ve que Isabela tiene frío, por lo que se quita se saco y se lo pone a Isabela sobre las piernas.

Isabela: ¿Por qué viniste aquí? Ni siquiera eres mi mayordomo.

Luciano: ¿Cómo puedo no hacer nada al escuchar que el presidente se desmayó? (en ese momento llega Gonzalo)



Gonzalo: ¡Isabela!

Isabela rápidamente corre hacia Gonzalo, dejando caer al suelo el saco de Luciano.

Isabela: ¡Gonzalo! (lo abraza)

Luciano los mira triste, por lo que decide bajar de allí. Cuando ya va por los corredores, de un momento a otro, Gonzalo lo llama detrás de él:




Gonzalo: ¡Mayordomo Castaño! Nos hubieras dicho que te ibas, ¿por qué te vas? Es muy caótico para todo el mundo ahorita. Hubiera sido bueno si hubieras permanecido al lado de Isabela. ¿Por qué renunciaste tan inoportunamente?

Luciano: Tuve razones.

Gonzalo: Estoy seguro de que Isabela estaba feliz de que vinieras aquí.

Luciano: De todos modos, Abogado Martínez... Por favor, cuide muy bien de la señorita.

Gonzalo: Nos volveremos a ver, ¿verdad?

Luciano: Si.

Gonzalo se va y Luciano se queda muy pensativo, luego suspira.

CUARTO 507

Humberto está dormido en una cama, al rededor de este, hay varios aparatos. Allí están Isabela y Gonzalo.





Gonzalo: ¿Qué dicen los médicos?

Isabela: Dicen que él estará bien después de la cirugía.

Gonzalo: ¿Estabas sorprendida?

Isabela: Tenía miedo.

Gonzalo: Isabela...

Isabela: Nunca pensé de cosas como ésta, pero... ¿Qué haré si el abuelo se muere? (se pone solloza) ¿Qué haré entonces? Él era tan grande en mis ojos. Pero al verlo acostado así... Se ve tan pequeño.

Gonzalo: No va a pasar nada. Así que no te preocupes demasiado. No tengas miedo. Yo voy a... estar a tu lado.

MANSIÓN SAN MIGUEL
SALIDA

Lupe acaba de llegar a la mansión San Miguel, en la salida ve a varias empleadas y mayordomos hablando:



Lupe: ¿Cómo pueden ignorar su trabajo porque el presidente se desmayó? Dense prisa y vayan a hacer su trabajo.

Empleadas y Mayordomos: Si. (se van)

En eso llega el director Alfonso:



Lupe: Sr. Castillo. ¿Cómo está el presidente?

D. Alfonso: Parece que no tenemos otra opción más que llevarlo a New York para la cirugía.

Lupe (sorprendida): ¿Qué? ¿Cirugía?

D. Alfonso: Les dijimos a los medios de comunicación que sólo era agotamiento... pero la verdad es que esta
progresando a un problema cardíaco.

Lupe (preocupada): ¡Oh, no!, ¿qué podemos hacer? ¿Cuándo parte a los Estados Unidos?

D. Alfonso: Estamos planeando llevarlo tan pronto como se estabilice. Mientras yo no esté, por favor cuide de las cosas aquí.

Lupe: No estoy preocupada de las tareas domésticas... Lo que más me preocupa es la señorita.

D. Alfonso: Tendrá que hacer lo mejor que pueda.

Lupe: ¡Ah!, seria genial si el Mayordomo Castaño estuviera aquí en este momento. Mira cómo corrió hacia ella hoy, ¿qué maravilloso fue eso? No sé lo que piensas de él, pero... creo que va a ser muy difícil conseguir un mayordomo tan bueno como el Mayordomo Castaño.

D. Alfonso: (la ignora) Sin embargo, la cirugía del presidente, y lo de irse a New York es un secreto. Por favor, tenga cuidado de que no se salga a los med...

En ese momento un extraño ruido se escucha por los arbustos.

Lupe: ¿Qué pasa?

D. Alfonso: (tratando de hacer silencio) ¡Shhhhhh! (murmura) ¿No escuchas eso?

De repente, el ruido de los arbustos se vuelve a escuchar más cerca:

D. Alfonso: ¡¿Quién está allí?!

Hasta que finalmente pasa un hombre cruzando de arbusto en arbusto, al que solo se le ve la sombra. El director Alfonso y Lupe están muy sorprendidos y asustados.

AL DÍA SIGUIENTE
HOSPITAL
SALA DE ESPERA

Carlos, el representante San Miguel está siendo entrevistado por varios periodistas:



Carlos: Al principio creíamos que era agotamiento. Pero, en realidad, el presidente Humberto San Miguel tiene un trastorno cardíaco.

Periodista 1:¿Se trata de una situación de vida o muerte?

Periodista 2: ¿Tiene algo más?

Carlos: Todavía no sabremos la condición del Presidente. Pero él tiene planes de ir a New York para hacerse una cirugía. Y mientras el presidente lucha contra esta enfermedad. El Presidente Humberto San Miguel tuvo un infarto agudo al miocardio (la cámara enfoca al televisor de una sala donde el director Alfonso y Lupe ven a Carlos respondiendo a los periodistas) Y además, el grupo San Miguel tiene planes de seguir adelante sin él.




D. Alfonso (sorprendido):: ¿Cómo podría Representante Carlos saber esa información? Posiblemente...

Lupe (preocupada): Ayer en la noche... eso... (el director Alfonso empieza a pensar) ¡Mire, Sr. Castillo! ¡Le dije que no es posible que el Mayordomo Castaño sea espía del Representante Carlos!

UNA HORA MÁS TARDE
FLORISTERÍA DE PEPITA



Luciano: (regando las flores) Esa mocosa... (Isabela) ¿Estará bien?

De repente llega alguien a la floristería.

Luciano: ¡Bienvenido!

Esa persona es... el director Alfonso.



D. Alfonso: (se acerca a Luciano) ¡Tanto tiempo!

Luciano (sorprendido): ¡Sr. Castillo!

MÁS TARDE
HOSPITAL
CUARTO 507

Luciano está al lado del señor Humberto quien está sentado en la cama, allí también está el director Alfonso.





Humberto: Se ve mucho mejor ahora que ha renunciado.

Luciano: Pero entonces... ¿para qué me ha llamado aquí?

Humberto: Hablando francamente, tengo que ir a New York para hacerme una cirugía. Y el director Alfonso tiene que venir conmigo.Pero no puedo dejar de preocuparme por Isabela. Así que te pido... ¿Puedes regresar como mayordomo de Isabela?

Luciano: Presidente...

Humberto: Para Isabela, no hay nadie más que puede ser su mayordomo. ¿Puedes volver?

Luciano: ¿Qué soy yo? Está la señora Lupe... y también el Abogado Martínez.

Humberto: Ellos no pueden estar junto a ella todo el tiempo. Sin mí aquí, muchas personas le van a complicar la vida a Isabela. Por Isabela, por favor regrese. ¿Puedes hacer eso?

Luciano: Está bien, acepto.

MINUTOS MÁS TARDE
SALIDA DEL CUARTO 507

D. Alfonso: Tú, si te aceptaste a causa mía... Por favor, piénsalo de nuevo. Erróneamente pensé que eras el espía del Representante Carlos. Ahora sé que definitivamente no eres un espía. Así que por favor regrese sin vacilaciones.

Luciano: No acepté a causa suya, Sr. Castillo. Es mi propio problema. Y ahora lo siento pero debo irme (se va)

NOCHE
CASA SMITH
JARDÍN



Luciano está sentado en una banca, tocando la ebilla que siempre ha guardado de Isabela. Así, empieza a recordar lo que Humberto le había ducho:

"Humberto: ¿Puedes regresar como mayordomo de Isabela? Sin mí aquí, muchas personas le van a complicar la vida a Isabela. Por Isabela, por favor regrese."

AL DÍA SIGUIENTE
MANSIÓN SAN MIGUEL
SALIDA

Varios de los mayordomos y empleadas, esperan a Humberto a fuera. Ya casi saliendo, el director Alfonso lleva a Humberto en una silla de ruedas.




D. Alfonso: Los directores quería despedirse de usted en el aeropuerto. Pero yo no se los permití.

Humberto: Buen trabajo. Deberían trabajar en lugar de estar perdiendo el tiempo. Pero esta situación con el Mayordomo Castaño es lamentable. Le dije a la señora Lupe que tuviera cuidado especial con la señorita. Pero esa niña, ¿su abuelo se va y ella no está aquí para despedirme?

En eso llega Isabela con una maleta y su bolso.



Humberto: ¡Ah! ¡Isabela! ¿Qué es esto?

Isabela: Yo también quiero ir. ¿Qué harás tu solo allá? Quiero acompañarte y cuidar de ti.

Humberto: ¿De qué estás hablando? ¡Tienes que proteger la empresa!

Isabela: ¿La Empresa? ¿Es eso importante ahora? No me importa eso, ¡Voy a ir contigo!

Humberto: No es como que me voy a ir allí a morir, entonces, ¿por qué me quieres acompañar?

Isabela: ¡No! No importa lo que digas, ¡Iré contigo! ¡Iré!

De repente llega Luciano vestido normalmente sin su uniforme, parándose al frente de Isabela:



Luciano: Señorita, de ninguna manera va a ir.

Humberto: ¡Mayordomo Castaño!

Luciano: Presidente (lo saluda) Yo me encargaré de la señorita. Así que por favor no se preocupe y cuídese.

Isabela: ¡No bromees! ¿Quién te crees para venir de repente y entrometerte?

Luciano: (susurrándole) ¿No entiende que su abuelo... no quiere mostrar dolor en frente de su nieta? Despídase de él. Eso es lo mejor para el presidente.

Humberto: Isabela, tu abuelo se va, y ¿ni siquiera vas a darme un abrazo?

Isabela va a su abuelo y lo abraza tiernamente.

Isabela: Abuelo....

Humberto: Te llamaré.

Isabela: Definitivamente tienes que volver.

Humberto: Por supuesto que sí. Mayordomo Castaño. Por favor cuide de Isabela.

Luciano: Por favor, no se preocupe. Haré mí mejor esfuerzo para cuidar de ella.

Humberto: Bueno.

Finalmente Humberto y el director Alfonso se van en un elegante auto negro.

UNA HORA MÁS TARDE
MANSIÓN SAN MIGUEL
CUARTO DE LUCIANO



Luciano se viste de su nuevo uniforme de mayordomo. Mientras eso, recuerda lo que Lupe le dijo hace unos minutos:

"Lupe: Este es el uniforme formal de mayordomo. Mayordomo Castaño, ahora que ha regresado como un mayordomo oficial tiene que cuidar más de Isabela, ¿de acuerdo?"

Luciano sale del cuarto, entrando a los corredores. Allí están las tres empleadas y los tres mayordomos de siempre. Lo miran sorprendidas:

Empleada 1: Mayordomo Castaño... ¡Se le ve tan bien!

Luciano: ¡Gracias! Pero es un poco extraño.

Mayordomo 1: Por supuesto que es extraño. A mí también me parece extraño.

Empleada 2 (molesta): ¿Qué estás hablando de extraño? ¡Se ve genial!

Luciano: Gracias. ¿Y ya bajó la señorita?

Mayordomo 2: Ahí viene.

Isabela se acerca a uno de los mayordomos algo seria:



Isabela: Voy a salir por un minuto. Ve y alista el automóvil.

Mayordomo Si señorita (se va)

Isabela: ¿Todavía estás aquí?

Luciano: ¿A Dónde va?

Isabela: ¿Por qué necesitas saber? ¡Fuera de mi camino!

Luciano: Hay una reunión de directores a las 2 de la tarde. Si se va, llegará tarde.

Isabela: ¿Crees que voy a ir allí? ¡Fuera de mi camino!

Luciano: ¿Ha olvidado la petición del Presidente de que cuidara de la empresa?

Isabela: ¿Cuánto dijo el abuelo que iba a darte? ¿No regresaste por el dinero? Entonces dime, ¿cuánto te dijo que te iba a dar? ¿Un millón?

Luciano: ¡Señorita!

Isabela: ¡Te daré un millón así que deja de me molestar y quítate!

Luciano: No puede irse (la toma del brazo)

Isabela: ¡Suéltame! (Luciano no la suelta) ¡¿No me vas a soltar?!

Luciano: Si no quiere discutir conmigo, entonces dese prisa y cámbiese.

Isabela: ¿Por qué debería...? ¡Suéltame! (lo golpea en los genitales)

Luciano: (quejándose) ¡Señorita! (va tras ella) Traté de hacer esto a las buenas pero veo que no me deja otra opción.

Luciano carga a Isabela y la sube al hombro:

Isabela: (gritando) ¡Oye! ¡Déjame!

Luciano no suelta a Isabela y la empieza a llevar a su cuarto, las tres empleadas y los dos mayordomos (son tres pero el otro se fue a traer el auto a la salida) los miran sorprendidos. Cuando Isabela y Luciano llegan al cuarto, él la tira a la cama.

Luciano: ¡Oye Isabela San Miguel! ¡Deja de actuar así! Ya sé que no quieres verme ahora mismo. Pero sé paciente hasta
que tu abuelo regrese. Me iré después de que vuelva.

Isabela (enojada): ¿Acabas de hablar conmigo informalmente?

Luciano: ¡Sí, lo hice! No sabes lo espantoso que soy yo.

Isabela: ¡Tú, tú!

En ese momento llega Lupe sorprendida al cuarto.



Lupe: ¡Mayordomo Castaño!

Isabela sale corriendo hacia Lupe y la toma del brazo:

Isabela: ¡Nana! ¡Nana!

Luciano: Señora Lupe, ¿necesita algo?

Lupe: Ah... el Sr. Castillo dijo que algo pasaba entre usted y la señorita...

Isabela: ¡Nana! ¡Corra a este tipo de inmediato! ¡Él estaba irrespetándome y está siendo increíblemente grosero! (le muestra su mano marcada de los dedos de Luciano) ¡Mire esto!

Lupe (sorprendida): ¿El Mayordomo Castaño le hizo eso...?

Luciano: ¿Cómo podría atreverme a hablarle informalmente a la señorita? Yo sólo seguía las órdenes del Presidente, ayudándole a la señorita a ir a trabajar. Puede golpearme todo lo que quiera... pero por favor... no calumnie a mi nombre (se toca la cara para hacerse el adolorido)

Lupe (sorprendida): ¿Le pego de nuevo al Mayordomo Castaño? ¿Cómo puede golpearlo si acaba de regresar?

Luciano: Está bien señora Lupe... Yo me encargaré de la señorita, puede irse si lo desea.

Lupe: Oh, bien, Mayordomo Castaño, haga su mejor esfuerzo (se empieza a ir)

Isabela: ¡No...! ¡Nana! ¡Nana! (a Luciano) ¿Crees que voy a aguantar esto?

Luciano: ¡Tienes diez minutos! Cámbiate a algo adecuado para una reunión.

Isabela (muy molesta): ¿Estás loco? ¿Crees que voy a hacer lo que dices?

Luciano: ¿Quieres cambiarte o quieres que yo te cambie?

Isabela hace una pataleta muy molesta sin poder hacer nada. Minutos después, Isabela y Luciano salen de la mansión para subirse al auto que estaba allí afuera para ir a la reunión, Luciano lleva a la señorita tomada de la mano bruscamente, abre la puerta del auto y sube a Isabela. Ambos se van. Los tres mayordomos de siempre, estaban allí.

Mayordomo 1: El Mayordomo Castaño parece un poco diferente.

Mayordomo 2: Él sólo debe estar fingiendo.

Mayordomo 1: No lo creo...

EMPRESA SAN MIGUEL
PASILLOS

Flor y Adela están caminando por los pasillos de la empresa de ésta última.




Adela: Flor, voy a tener que dejar de trabajar en Tenna.

Flor (preocupada): ¿Qué significa eso?

Adela: Que inconsciente... El presidente Humberto San Miguel está tan poco saludable naturalmente... Hay rumores de que un sucesor saldrá al aire. Entonces, no puedo quedarme quieta.

Flor (confundida) : Está la señorita San Miguel, entonces, ¿por qué un sucesor...?

Adela: ¿Crees que la mocosa de esa está capacitada para ser la sucesora?

Flor: ¿Entonces usted será la sucesora del presidente San Miguel?

Adela: Bueno, no creo que esté capacitada, pero por supuesto que debo ayudar... Sólo espera y verás quién será el verdadero propietario del Grupo San Miguel. Espera que me vaya bien. Porque yo no me olvidare de ti y definitivamente te ayudaré.

Adela le toca la mejilla izquierda con su mano derecha y se va.

Flor (molesta): Uy si, que considerada.




De repente pasan por allí, Isabela y Luciano, Flor va detrás de ellos:

Flor: ¡Luciano! ¿Qué pasó?

Luciano: ¡Ah, Flor! Lo siento, estoy un poco ocupado. Hablemos más tarde (se van)

Flor (extrañada): ¿Eh? (llega en ese momento Adela al oír los gritos)

Adela: Flor, ¿no dijiste que el Mayordomo Castaño había renunciado?

Flor (molesta): Sí, pero...

Adela: ¿Qué pasó?

Isabela y Luciano finalmente llegan a un ascensor, Luciano no suelta a Isabela de su mano:

Isabela (molesta): Hey, suéltame.

Luciano: Si me prometes no correr, te soltaré.

Isabela: He venido hasta aquí. ¿Crees que voy a correr? (Luciano la suelta e Isabela se mira el brazo) ¡Mira que rojo me dejaste!

Luciano: ¿Le dolió?

Isabela: ¡Por supuesto! Voy a ir a la reunión porque se lo prometí a mi abuelo. Pero cuando salga, umhhhh, ya verás...

Luciano: Señorita, Al entrar a la reunión... definitivamente habrá difíciles preguntas dirigidas a usted. Pero si se enoja, entonces pierde. Responda a las preguntas difíciles, con preguntas. La persona más probable a hacerla quedar mal es Representante Carlos San Miguel (Isabela lo mira extraño). Sólo esté de acuerdo con él en todo. En las preguntas realmente difíciles... simplemente sea honesta. Si no sabe, es mejor decir que no sabe. Además, lo más importante es... No olvide que usted es Isabela San Miguel. ¿Vamos? (se suben al ascensor)

EMPRESA SAN MIGUEL
SALA DE JUNTAS





Varios empresarios estaban desesperados esperando a Isabela:

Empresario: ¿No nos pusimos en contacto con el Director San Miguel?

Empresario 2: ¿No habíamos terminado con ella? ¿Qué hora es?

Empresario 3: (que estaba al lado de Carlos, le susurra): Representante Carlos. Parece que la Directora San Miguel no va a aparecer.

Carlos: Eso es lo que pensé. Sin el Presidente Humberto aquí, ¿con que audiencia se mostraría aquí? ¿No lo crees?

Empresario 3: Eso es cierto. Incluso si se presentara, no sabría lo que estaba pasando (ambos ríen)

Carlos: ¿Entonces vamos a empezar?

Empresario 3: Si...

Carlos: Eh, incluso sin el Presidente Humberto San Miguel hoy con nosotros... nosotros, como directores, debemos poner más arduos esfuerzos. Empezaremos la reunión de directores de emergencia (de repente llega Isabela, pasa y se sienta)



Isabela: Pido disculpas por llegar tarde...

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