Al día siguiente, Isabela llega a la empresa San Miguel, en donde se encuentra con su prima Adela. Las dos se sonríen con hipocresía, pues no se llevan muy bien. Cuando entra a su oficina, recibe una llamada de Gonzalo, quien le propone que vayan un próximo día a montar bicicleta. Isabela acepta, pero en el fondo no sabe hacerlo.
Luciano por otra parte, en la calle, se cruza con los tres prestamistas, quienes lo golpean con mucha fuerza, y lo amenazan con que les pague su deuda muy pronto. Luciano queda muy herido, pero no le puede contar nada a nadie, por lo que de llegada a la mansión, se va arreglando. Allí, Isabela le pregunta qué le pasó, Luciano miente con que se cayó. La bella dama le dice que el día de mañana, lo va a necesitar para que le enseñe a manejar bien la bicicleta.
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